El 6 de enero de 2014 fue asesinada en un violento asalto la ex miss Venezuela y actriz Mónica Spear. Su muerte y la de su marido Thomas Henry Berry conmovió a miles de venezolanos.
Al cumplirse ocho años del crimen del que fue víctima la ex Miss Venezuela medios nacionales e internacionales como Infobae y El País recuerdan el motivo que la llevó a andar por aquella carretera en la que fue interceptada por sus asesinos.
Mónica pensó que era tiempo de darle una segunda oportunidad a su matrimonio. Separada hacia un año y medio de su marido, Thomas Henry Berry, decidió que valía la pena volver a apostar por la pareja. Él estuvo de acuerdo. Ella propuso sellar la reconciliación en su país natal, Venezuela. Esa tierra con aroma de infancia, a la que amaba entrañablemente y a la que había representado con orgullo como Miss.
Es cierto que las últimas veces que había estado en su patria la habían asaltado cinco veces, pero el amor pudo más que el temor. Ilusionada preparó las valijas. No sabía que era la última vez que lo haría.
La vida de Mónica Spear no fue tan distinta a la de otras mujeres venezolanas. Nació en Maracaibo el 1 de octubre de 1984. Creció feliz junto a sus cuatro hermanos. Desde pequeña se hizo notar por su belleza. Morena de ojos marrones oscuros, con rasgos finos y armónicos no pasaba desapercibida.
Como muchos venezolanos, Mónica viajaba con frecuencia a Miami. La ciudad estadounidense queda apenas a 3 horas 14 minutos de vuelo desde Caracas. Un día, caminando por las calles de Florida, su metro setenta y cinco y su porte llamó la atención de Osmel Sousa, ex presidente de la Organización Miss Venezuela, que la incentivó a presentarse al concurso de belleza.
Se sabe que Venezuela es la nación con más concursos de Misses, 600 al año, muchas niñas y adolescentes son entrenadas para participar y ganar, como forma de ascenso social. El país es una verdadera “fábrica de reinas” que lograron llevarse siete veces el título de Miss Universo. Hay más de 200 academias de modelaje que entrenan a niñas desde los 4 años en maquillaje, glamour, oratoria, foto-pose y expresión corporal.
En esa fábrica de reinas, Osmel Sousa era conocido como “el zar de la belleza”. Era el hombre que cada año, junto con sus ayudantes, evaluaba a las 300 jóvenes que se presentaban como aspirantes a Miss Venezuela. De ellas quedaban 60 preseleccionadas y solo una era coronada.
El día del asesinato
Era el 6 de enero de 2014 cuando la ex Miss Venezuela después de recorrer esos paraísos que son Los Llanos y Mérida avanzaba por la autopista Puerto Cabello-Valencia, a unos 220 kilómetros al oeste de Caracas. Su marido conducía el auto, atrás iba Maya, que había cumplido cinco años. Un bache que no se pudo esquivar a tiempo terminó con una de las ruedas del Toyota Corolla.
Eran las 22:30 en una zona famosa por su peligrosidad. El matrimonio llamó a un teléfono de emergencias. No tuvo éxito. Mónica vio una grúa que se acercaba por otro carril y le hizo señas para que los ayudaran. Solo parecía un mal momento. Los mecánicos habían logrado subir al auto en la plataforma de la grúa cuando aparecieron cinco hombres armados.